viernes, 8 de julio de 2011

Los maestros y yo

Desde que entré a la escuela siempre me han inculcado que tengo que respetar a mis maestros, casi al grado de pensar que son seres omniscientes y de hecho es una creencia que más o menos conservo a día de hoy aunque con el tiempo se me fue perdiendo un poco la visión del profesor sabio o mejor dicho; Fui aprendiendo con qué maestros aplicar ésta regla ya sea por el respeto que inculcan a la hora de dar clase, el grado de conocimientos que tengan o la confianza que me inspiren. Así tengo bien definidos a los que saben a la perfección de lo que están hablando durante la clase, que podrían vivir fácilmente de lo que nos enseñan y los que "enseñan" porque, pues,  no pueden vivir de otra cosa (Si estoy siendo muy cruel díganme).

A lo que voy es que recuerdo bastante bien a casi todos los maestros que han pasado por cada aula en la que he recibido clases, a todos menos a una, bueno, recuerdo que era mujer y que daba "Historia y geografía de Nayarit"en tercer grado de secundaria, pero es que no recuerdo ni su cara y mucho menos su nombre o apellidos. Cosa extraña ya que me gusta la historia, la geografía no tanto pero sí la historia (de los pocos temas que podría decir que me llegan a apasionar, aunque no tanto como para aprenderme cada puta fecha).

Al final llegué a la conclusión de que seguramente su clase fue una de las peores clases que he recibido en mi vida ó una de las más irrelevantes.

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