El almacén de las letras oxidadas.

Hace mucho tiempo que me daba por escribir esas cosas que a uno le dan por escribir cuando se siente todo cursi y que todo su interior está rebosando en miel, hasta sientes que las letras más rosas y cursis se te escurren por orejas, nariz, boca y ojos (y algún otro orificio corporal) en forma de frases bonitas pero de las que te da miedo que los demás sepan que haces esas cosas.

Hoy doy rienda suelta a eso acomodando todas esas entradas poéticas que quedaron sólo en eso, en dos o tres párrafos y que de ahí no van a pasar, así que mejor las pongo todas en uno y sirve que ya tengo una entrada más para compartir:

"Quiero convertirme en la luna

para iluminar tu silueta en las noches más oscuras

Quiero ver tu alma pura

y beberte a tragos desde tu cintura."

"A la mierda el mundo, la escuela y todo. Que quiero ser la noche que te cobije mientras duermes"

Metodología de la nostalgia.

No recuerdo otra ocasión en mi vida en la que me sintiera tan solo. Mi padre, un modesto herrero, murió de tuberculosis cuando yo apenas tenía diez, y ahora, ocho años después le tocaba a mi madre pasar por caja y dejarme solo en este mundo, no creo que mis tíos se preocupasen por mí, y me alegro de eso. Tal vez en compañía de ellos hubiese tenido una vida aún más miserable aunque el único consuelo que cargo conmigo es que casi con seguridad hubiese sido tan miserable como breve.

¿Cómo fue que vine a parar aquí?

Están chafas, sí, pero tambien hay que tomar en cuenta que ninguna está terminada. Siento que les falta algo, algo que todavía no encuentro y que tal vez nunca encontraré.

Se me hace curioso pero la última parte me suena mucho a "Los miserables". Seguramente influye mucho mi estado de ánimo a la hora de ponerme a teclear palabrería y media.